miércoles, 26 de marzo de 2008

El gigante sin corazón

Cuando era pequeña, sobre los tres, cuatro y cinco años siempre dormía la siesta, como todos los niños. No recuerdo quién me acostaba ni como llegaba a dormirme, pero si recuerdo como despertaba. Mi padre entraba a mi habitación y todo contento me daba un beso y decía -"Corre, que ya empieza el Cuentacuentos!!". La "serie del dragón" la llamaba yo, supongo que por la apertura. Asi que me levantaba escopetada de la cama y corria por el pasillo hasta llegar al sofá para ver mi serie favorita mientras mi padre me preparaba la merienda. Y alli estabamos los dos, juntos, merendando, viendo el Cuentacuentos. Si exsistía la felicidad tenía que ser algo parecido a eso.

Hoy recordé esta serie cuando entré al foro de Elisa y leí los comentarios. Antes las cosas para niños eran para adultos también, tenían calidad y aprendias algo más que los colores y las formas. A veces veo las cosas que hay ahora y que mi hijo ve y comparándolas con las de mi infancia me dan ganas de llorar. No se en Argentina como serían los 80' pero en España teníamos, Barrio Sésamo con Espinete y Don Pin Pon, Los Fraggle Rock, La bola de cristal y El Cuentacuentos y con todo eso mi mundo era fántastico y maravilloso. (No olviden que soy de la generación de la televisión).

El Cuentacuentos (Jim Henson’s The Storyteller) Es una serie de 1987, trata de un anciano (John Hurt) que va narrando cuantos diferentes en cada capítulo, acompañado siempre de su perro parlante. El viejo de nariz redonda y enorme relataba cuentos populares alemanes, rusos y celtas.


No espero que nadie lo vea porque es largo. Me da lo mismo. Esto es cultura infantil popular.










2 comentarios:

Anónimo dijo...

Teníamos...

Pitufos,
antes de que se conviertan en asesinos de niños entre sueños... o un fetiche gay.

HeMan y los ánimos del Universo,
y se luchaba por el bien, y HeMan no le entraba a Skeletor por la noche, y le tiraba hechizos gigantes con la excusa de que guardaba "armas de destrucción masiva". Ah, y el príncipe Adam no era un estereotipo Gay.

La Pantera Rosa,
No, no es un estereotipo gay. Pero ahora sacaron una versión nueva donde habla y la arruinaron!

Los dibujos de Disney,
y creíamos en la magia de Disney más que en el negocio del merchandising. Doy mi reino por un "Hola Pluto" con la voz inocente y bonachona (y aguda) de Mickey.

El Chavo del Ocho,
sin juicios y peleas por los derechos de autor entre los personajes (los que quedan vivos). Y con mucho más peso que cualquier serie del Sony, el Warner o la Fox.

Y los más heavy que nos llegaba de la animación japonesa era Mazinger y Robotech. Y Mazinger era simple: Los buenos eran buenos y los malos malos. Y Robotech... era muy complicado para mi corta edad, pero es una masa.

Ah... y para despedirme solo diré...

Autobots, transfórmense

(sí, los transformers nunca serán estereotipos gay) (bah!, el que se hace pistola por ahí sí...)

Elisa dijo...

Quitando el Chavo del 8, que al final lo dieron, pero ya nos pillaba un poco talluditos, yo creo que los de la generación de la televisión, como nos ha llamado Cloe, hemos visto también todos esos dibujos.
Por cierto, ¿os acordáis de Fuego Salvaje? sin duda eran unos de mis favoritos