sábado, 1 de octubre de 2011

Vi, disfruté, sentí. Agnes Obel en Madrid.

Hace un mes que volví a España y hace unos días (el 21 de Septiembre) que estuve en Madrid viendo a Agnes Obel tocar en el Teatro Lara, un concierto que venía esperando antes de poner los pies en mi país.
Para los que no la conozcáis, Agnes Obel es una danesa que acaba de publicar su primer disco "Philharmonics", una maravilla que descubrí hace unos meses y que aún no me la puedo sacar de la cabeza, un álbum tranquilo pero feroz, de un minimalismo notable acompañado por una estupenda voz. Agnes toca el piano y canta (para variar en mis gustos) y lo hace con una magia casi inexplicable.




Fui acompañada de mi tío que no conocía mucho a la danesa y terminó encantado (al no ser que me mintiera). Empezó saliendo de telonero un chaval de aquí llamado Dani Llamas, una sorpresa, por que no esperaba ningún telonero y además resultó ser bueno. Él solo con su guitarra se tocó unas cuantas canciones entre el folk más norteamericano y el soul, con una voz muy bonita al que le hubiera venido de perlas un bajo, una guitarra y una armónica y que en ocasiones resultaba un poco repetitivo, también porque no lo conocía.


Y después salió Agnes, acompañada de su virtuosísima chelista tocando un tema instrumental al que después se les sumó una arpista de lo más simpática que se llamaba como yo pero con "h". A partir de ahí empezó un magnífico concierto interrumpido por algunos "fantasmas" (como decía Agnes) que aunque resulte extraño, hicieron más agradable y cálida la relación entre ella y el público.  A los del teatro se les olvidó poner un micrófono a la chica del arpa y cuándo fueron a solucionarlo (después de que Agnes lo dijera 20 veces) tiraron el chelo el cual se desafinó y hubo que afinarlo en el escenario. Más adelante al querer enlazar una canción con otra mediante un loop melódico, a la chelista se le trabó el pedal y de repente sonó un estruendo eléctrico que nos dejó a todos sordos. El incidente lo resolvieron volviendo a retomar dicho loop y entrando correctamente entre aplausos.


Fuera de todo eso, fue un muy buen concierto, con unas interpretaciones excelentes, una voz que no desmerece nada en directo y un clima perfecto. El teatro se llenó frente a mis previsiones de que íbamos a ser cuatro monos y yo salí más contenta que unas castañuelas por dos razones: tocó "On Powdered Ground", para mi, LA canción del disco junto con "Riverside" y tuve un pequeño encuentro con ella después.


Me quedé junto con otra chica esperándola a la salida para que me firmara el disco. Oí a un par de personas del teatro que hablaban entre sí decir que "no la apetecía nada de nada" con respecto a las dos chicas que esperaban por un autógrafo, yo imaginé que estaría un poco molesta por los incidentes técnicos y cuándo salió, no sé si porque no nos vio o porque pensaba que estaríamos fuera del teatro o porque se hizo la sorda, Agnes salió escopetada, directa a irse, entre los llamados que le hacíamos la chica y yo. Fuimos hasta la calle y allí ya nos firmó el disco, yo además le regalé el mio, le dije que era mi primer disco también y ella me lo agradeció diciendo que le venía muy bien porque no tenían música en el coche y alagando mi portada, de la cual le gustó el hecho de que el titulo y mi nombre estuvieran escritos en las palmas de mis manos. Decidí pensar que no nos había visto y por eso fue directa a la puerta, para no quedarme con mal sabor de boca de un concierto y un disco que van a ir de cabeza a "Los 10 mejores discos oídos por mi este año".



Para los que nunca hayáis escuchado nada de ella os dejo Riverside: