¿Puede el dolor causar el mismo placer que el sexo? ¿Puede llegar a reemplazarlo?
¿Se puede convivir con el dar y recibir en el amor como en el dolor siempre?
Hoy vi por no se si quinta o sexta vez "Secretary" o La Secretaria, una película que trata el tema del sado-masoquismo y que intenta acércanos a él de una forma natural.
Una chica acaba de salir de una clínica por sus problemas masoquistas de autolesión, se hace daño a sí misma para resolver sus problemas internos, dejándo que el dolor se haga presente en ella de forma física. Se presenta ante un "siniestro" abogado para ser su secretaria, este la contrata y aqui se hila una historia de amor sado-masoquista entre los dos.
Él es lo contrario a ella, un sádico que intenta controlarse y que quiere dejar de serlo. Cuando se encuentran hacen la pareja perfecta, uno da, la otra recive. Gracias a él, ella deja de hacerse daño, y gracias a ella, él se deja querer.
Y bueno, esto es lo que digo, ¿no se trata de eso el amor, de dar y recivir? Cuando lo que sientes es tan duro, tan doloroso necesitas exculparte, a veces necesitas el castigo, a veces necesitas hacerte daño para después ver como la herida se cura, como cicatriza, y los que necesitamos cicatrizar somos nosotros mismos.
De igual o cierta manera ocurre con los sádicos, como dijo el Marqués de Sade "La crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza." Y asi es, todos nacemos con este instinto cruel que nos obliga a querer hacer daño. Ya lo dijo Tori con su "Waitress."

Y el tema de Leonard Cohen lo pongo porque además de ser la canción principal de la película, es buenisima y apta para leer lo escrito.