Piel misteriosa

Sé que el último posteo también fue de cine, lo siento, pero a falta de creatividad bloggera voy a postear otra película y lo supliré con el hecho de que es totalmente distinta y que me ha encantado, asi que tengo que hacerlo.
Hacía tiempo que quería verla y como siempre Isat me cumple los deseos. Anoche pude ver al fin, Mysterious Skin, de Gregg Araki.



Es dura, muy dura, creo que más que Requiem por un sueño. Basada en una novela de Scott Heim, que trata como afecta el abuso sexual a dos niños de una pequeña ciudad de Kansas.
La película a parte de estar bien hecha, juega un poco con la incertidumbre del espectador, confundiéndolo a veces con la vida de otro niño más, del que solo sale una escena.
Neil es un niño de 8 años que sufre abusos sexuales de parte de su entrenador de béisbol, sin embargo, aparentemente el niño no muestra ningún cambio en su comportamiento y la madre (bastante ausente además) no se da cuenta de nada.
Brian es otro niño de la misma edad que juega en el mismo equipo de béisbol con Neil y que cuando crece tiene sueños borrosos de una parte de su infancia que su misma mente borró amnésicamente, con bruscos sangrados de nariz repentinos, Brian cree que fue abducido por extraterrestres, pero en verdad su mente crea esa fantasía para ocultar el dolor de los abusos.

A medida que Neil (Joseph Gordon-Levitt) crece se da cuenta de que es homosexual y se convierte en un chapero (gigoló). Su mejor amiga se marcha a Nueva York y poco después él decide acompañarla, ahí se dará cuenta de que su trabajo pone en riesgo su vida.
Al volver a Kansas se reencuentra con Brian (Brady Corbet) quién le busca para que le cuente todo lo ocurrido en su infancia y pueda dormir tranquilo.


Subrayo las actuaciones de Joseph Gordon-Levitt, genial, sin palabras y de Brady Corbet, que por dios, es un actor tan camaleónico como guapo y tierno (ahora entiendo porque Dardo lo ama).

Es muy fuerte, desde el guión a las imágenes. La brutalidad desde la que está contada revuelve las tripas pero a su vez sensibiliza a más de un corazón, porque está contada desde más allá del abuso, más allá del dolor, está contada desde la mente inquieta, cohibida y perturbada de dos niños que en el fondo nunca crecieron, se quedaron en su dolorosa infancia atrapados para siempre.

A veces da asco, a veces no quieres mirar y se te saltan las lágrimas, no da una explicación al porqué, el director no quiere que pensemos en eso, lo que deja es una incógnita por intentar saber que se siente cuando no se siente nada.