Unos extraños muy poco amigables

El sábado miré a mi alrededor y tenía la cocina hecha un caos porque mi marido estaba instalando un lavaplatos, y por el salón no se podía caminar porque estaba lleno de juguetes, asi que me pudrí y me fui otra vez a casa de Dardo a ver unas pelis.
El dueño del videoclub que está en frente de su casa creo que debe temblar cuando nos ve entrar porque siempre estamos una hora ahí metidos haciendo el imbécil. Asi que alquilamos dos películas, Dead Moon Rising, una película de zombies de serie menos zeta elevada al cubo y multiplicada por cuatrocientos millones, tan, pero tan mala que terminó haciendo que nos cagáramos de risa al mismo tiempo que nos queríamos matar con un desfibrilador.

Después pusimos The Strangers (Los Extraños), película que me veo obligada a postear, aunque ya tenga unos años.


Kristen (Liv Tyler) y James (Scott Speedman), son una pareja que van a pasar la noche a la vieja casa de la familia de él. Sin demasiadas explicaciones, el director deja que el espectador se haga cargo de la obviedad de la trama, los problemas entre ellos empiezan siendo el primer y único hilo conductor del que nos podemos guiar en un principio.
Al llegar a la casa una extraña mujer toca el timbre preguntando por Tamara, ellos le dicen que se confunde de casa y cierran la puerta, a partir de ahí todo se convierte en una ida y venida de sustos, carrerillas e intriga.

Eso de "basado en hechos reales" siempre atrae a un público masivo y macabro que le encanta pensar que esas cosas horribles han pasado de verdad. Pues bien, realmente está basado en los asesinatos de una mujer que apareció brutalmente asesinada junto a sus hijos y un amigo de la familia en su casa de las afueras.
Según los informes policiales los asesinos se ensañaron con sus víctimas durante más de diez horas, acuchillándolos. Nunca se encontraron a los responsables.
De igual manera, también se basa en el macabro juego que practicaba la familia Manson, llamado Creepy Crawling, consistente en meterse en casas habitadas durante la noche y cambiarles los muebles de lugar, para que los dueños se horrorizaran al despertar.
Tal vez por estos motivos el film tiene un aire totalmente setentero, aunque los acontecimientos tienen lugar en el presente.

Se nota que el director Bryan Bertino se ha visto bien toda la filmografía de Wes Craven y de John Carpenter y que es un fanático del género de terror.
Si tuviera que explicar brevemente la película diría que es una mezcla de Scream, Halloween y Funny games.


Magníficamente ambientada en una hacienda de los años 70' y alejada de todo rastro humano, el director intenta hacer una especie de retro-horror-movie dándole toques de brutalidad y violencia obtenidas de Haneke y su Funny games, sin embargo le queda algo más "yankilizado" acercándose tal vez más al género del susto y los asesinos enmascarados.

Los primeros 30 minutos son sublimes, calma, luces tenues, un silencio casi respirable, una casa que se va convirtiendo poco a poco en un personaje más, un piano, una cabeza de ciervo colgada en la pared, cortinas largas y tupidas, el sonido del fuego de la chimenea, y todo cubierto de pétalos de rosa que fueron esparcidos para una noche romántica que se ve frustrada por la negativa de la protagonista a una propuesta de matrimonio.

Y por si esto no fuera poco, el protagonista (Scott Speedman) está más bueno que comer pan con mantequilla, aunque toda su belleza no quita para que el personaje sea un pelotudo cúbico, de esos que se quieren hacer los machitos dejando solos a la novia y saliendo fuera de la casa para ver quién anda rondando. Liv Tyler por su parte no hace una gran actuación, aunque da unos gritos cojonudos, si solo fuera por eso le daba un diez.


Tengo que reconocer que hacía mucho tiempo que una película no me arrancaba un grito, esta lo consiguió con más de una escena, especialmente con dos que no voy a contar para el que no la haya visto aún. Hay especialmente una escena en la que ella está sola en casa, parada en la cocina, y detrás a lo lejos se ve a un hombre con un saco en la cabeza mirándola sin que ella se entere, si eso no te asusta un poco, seguramente tengas aceite de ricino en vez de sangre en las venas.
Otro de los puntos altos de la película es que (Oh my god), sale una canción de Joanna Newsom. Estábamos Dardo y yo ahí acojonados y de repente la mina pone un disco y se oye un arpa, nos miramos y decimos "peeerooo no me jodas", solo a un genio freak se le ocurre poner a Joanna Newsom en una película de terror.

Resumiendo, una buena película, tal vez no de las mejores pero con una buena propuesta, y esque es difícil hacer algo en este género que no esté ya explotado, Bertino consigue hacer una mezcla de las mejores películas de terror de los últimos tiempos y darles un toque original. Lo mejor de todo tal vez sea que no está dirigido a un público mayoritariamente joven, si no a uno más adulto, a la gente que sabe apreciar todo lo que los grandes directores de terror han hecho anteriormente.