I wanna be sedated

No basta con que esta semana haya hecho un calor de la san puta, ni que hoy hayan llovido ranas, sapos y culebras, ni que esté más cansada que Forest Gump después de correr durante 2 años, no. Además de eso he tenido que ir al hospital el lunes, martes, miércoles y por supuesto mañana.

Lunes: Caloooooooorrrr. Tengo un poco de suerte y me toca una médica simpática, al menos no me llama loca ni nada por el estilo.

Martes: Más calooooorrrr. Puro trámite, prequirúrjico, pero una mierda de burocracia hospitalaria, me hace estar una hora y media esperando por una cosa y otra más esperando por otra. Como puse en twitter "Pasé tanto calor en el colectivo que me llevé pegado un cacho de asiento en el culo", no es broma, cuando llegué a casa tenía un cacho de cuero pegado al pantalón.

Miércoles: Lluuuviaaa. Me han hecho ir otra vez para ver a la anestesiologa. He llegado con agua hasta en el cerebro.

Mañana: Anestesia y a flipar. Es muy bizarro lo de las anestesias, de hecho es la prueba definitiva de que el tiempo no existe y es relativo. La última vez que me durmieron así me desperté pensando que no había pasado el tiempo y podían haber pasado horas, aunque suene loco lo disfruto (obviamente no después) pero disfruto esa sensación de no saber ni pensar en el tiempo, como flotar en la nada. Lo que debe ser estar en coma por años y despertar ¿no? pensar que ayer te dormiste cuando en verdad fue hace años.

Si sigo escribiendo desvelo mi nuevo trabajo....así que mejor me callo.

Y llego a casa y solo puedo tocar el piano, y escribir letras y después hacerme polvo la sesera traduciendo, claro que para eso tengo a mi Lyric-man alias Dardo que a este paso va a terminar cobrando y con derechos de autor.

Nada más, ya os contaré como me fue.